La araña se acercó a la rana y le dijo:
-Oye, ¿tú hablas mi idioma?
-No. ¿Y tú, el mío?, dijo la rana.
-Se supone que tampoco porque así lo determina la Naturaleza, respondió la araña.
-Pues vaya, suspiró la rana, a lo que la araña contestó:
-Tenía algo importante que decirte, pero la Naturaleza tiene estas cosas.
Y la araña se fue, dejando frustrada a la rana para el resto de sus días.
PD: Aunque, la verdad sea dicha, puede que tampoco fuera tan importante, que ya se sabe que las arañas son unas exageradas.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada